Genesis Yasmin Zacarias Castro
Nutricionista

El control prenatal es un conjunto de consultas, acciones de salud, y cuidados previos al parto por medio del diagnóstico precoz de factores de riesgo en embarazadas y enfermedades que puedan afectar el curso normal del embarazo y salud del recién nacido, cuyo propósito es que cada gestación termine en un parto feliz y seguro y un recién nacido vivo y sano, de buen peso y sin complicaciones maternas para la prevención de complicaciones.

Por ende, el control prenatal es importante incluso en embarazos saludables ya que se ha establecido que bebés nacidos de madres sin controles tienen tres veces más riesgo de nacer con bajo peso y cinco veces más probabilidades de morir en comparación con hijos de madres que reciben un control prenatal.

Los objetivos de los cuidados prenatales son:

  • Conseguir un embarazo de evolución normal, que culmine en una madre y un recién nacido sano.
  • Evaluar el estado de salud de la madre y el feto
  • Establecer la edad gestacional
  • Evaluar posibles riesgos y corregirlos
  • Planificar los controles prenatales
  • Indicar Ácido Fólico lo antes posible, para la prevención de defectos del tubo neural. El Centro de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) recomienda la suplementación de Ácido Fólico durante todos los días en los primeros tres meses y antes de la concepción, así mismo, el hierro es uno de los nutrientes cuyas necesidades no son cubiertas con una dieta normal, por lo que debe suplementarse a partir de las 16 semanas, y puede aconsejarse cápsulas que contengan estos dos micronutrientes para un mejor apego al tratamiento.

Los controles deben comenzar tan pronto como el embarazo sea sospechado, idealmente antes de las 10 semanas, especialmente en mujeres con patologías crónicas, que hayan tenido abortos o malformaciones del tubo neural.  Este control prenatal incluye entre 7 a 11 visitas al médico, aunque el número óptimo en mujeres de bajo riesgo dependerá del ginecólogo.

Durante el primer control se debe realizar una historia médica completa, solicitar algunos exámenes de laboratorio y recibir una educación sobre un embarazo saludable, además, de un examen físico, determinar el peso, estatura e índice de masa corporal para establecer la ganancia de peso recomendada.

El primer acercamiento entre el médico y la embarazada es fundamental para evaluar el estado de salud actual y detectar la existencia de posibles factores de riesgo, como: Antecedentes de riesgo en embarazos previos, enfermedades hipertensivas, historia menstrual, enfermedades crónicas, hábitos de riesgo (tabaquismo, alcohol y drogas), antecedentes familiares (diabetes, hipertensión y restricción de crecimiento en la línea materna).

En los controles posteriores se busca signos de bienestar fetal como percepción y número de movimientos fetales, se buscan signos y síntomas de preeclampsia, síntomas de infección urinaria, amenazas de aborto (contracciones, pérdida de sangre o fluidos por la vagina).

La realización de ultrasonidos periódicos permite también un diagnóstico correcto no solo de malformaciones, sino también de despistaje de enfermedades que pueden complicar la gestación. Estas son: las modificaciones cervicales que pueden llevar a un parto pretérmino, así como también de estudiar a las pacientes con riesgo de preeclampsia y de retardo de crecimiento intrauterino.

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Bibliografía

1.Aguilera S, Soothill P. Control Prenatal. University of Bristol, England. 2014; 25(6).
2.Lugones M. La importancia de la atención prenatal en la prevención y promoción de salud. Revista Cubana de Obstetricia y Ginecología. 2018; 44(1).
3.García C. Barreras de acceso y calidad en el control prenatal. Rev. Fac. Med. 2017; 65(2).
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