Genesis Yasmin Zacarias Castro
Nutricionista

La rinitis alérgica es un proceso inflamatorio de la mucosa nasal por reacción inmunitaria mediada de los anticuerpos IgE antígeno específicos al momento de la exposición a un alérgeno en las personas anteriormente sensibilizadas.  La cual está clasificada como estacional, si los síntomas ocurren habitualmente en una época particular del año, o perenne, si los síntomas son persistentes durante todo el año. Puede ser también clasificada como episódica o persistente.

La aparición del cuadro es multifactorial, depende de factores genéticos y de la exposición ambiental, o de la interrelación de estos dos elementos, cabe resaltar que las cifras son subestimadas pues la incidencia real de la enfermedad no se registra adecuadamente, pues muchos pacientes no creen que sus síntomas sean pertenecientes a una alergia y no consultan al médico por ello.   

Los pacientes con rinitis alérgica estacional a menudo tienen asociada conjuntivitis alérgica, caracterizada por picor, enrojecimiento e irritación ocular. Entre los alérgenos más frecuentes tenemos: pólenes, esporas de mohos (penicilium, cladosporium, alternaria y aspergillus), ácaros (dermatophagoides pteronysinus, dermatophagoides farinae y dermatophagoides microceras), epitelio de animales (pelo, orina y saliva).

Los síntomas más característicos incluyen: prurito nasal, rinorrea, estornudos, obstrucción nasal y congestión nasal durante dos días o más consecutivos y durante más de 1 hora la mayoría de los días. Es importante mencionar que los síntomas pueden acompañarse de síntomas psicosociales y cognitivos tales como: fatiga, depresión, irritabilidad, ansiedad, alteración del sueño, alteración de la concentración, dificultades en el aprendizaje, en la toma de decisiones, reducción de la velocidad psicomotora. 

Se debe realizar un diagnóstico diferencial frente a las otras formas de rinitis, por lo que debe ser necesario la intervención de un médico para establecer un diagnóstico, es así como la intervención terapéutica de la rinitis alérgica incluye como tratamiento: el identificar y eliminar los factores desencadenantes o minimizar el conducto con el alérgeno, posteriormente instaurar un tratamiento farmacológico y/o inmunoterapia.

Medidas de higiene 

  • Evitar la exposición alergénica: es la base del tratamiento alérgico cuando resulta posible. 
  • Limpieza de las mucosidades: es una medida esencial de higiene de las cavidades nasales. El sonado no debe ser brusco para no producir daño en oído medio o cavidades sinusales. 
  • Lavado de fosas nasales: con una solución fisiológica

Tratamiento Farmacológico

El espectro de fármacos que se puede emplear es amplio, y sus efectos sobre los distintos síntomas son muy diferentes.        

Corticoides intranasales de baja disponibilidad: son los fármacos de elección en esta afección, en particular los preparados con biodisponibilidad sistémica como: Furoato de Mometasona, No se aconseja el uso prolongado de budesonida, beclometaso ni triamciclona. 

Los corticoides mejoran todos los síntomas, incluido el edema, siendo por ello superior a los antihistamínicos. Mejoran también la hiperreactividad bronquial por acción directa en las vías aéreas inferiores e indirectas por mejorar la función nasal y los síntomas oculares. También pueden utilizarse los corticoides orales como la Betametasona.

Antihistamínicos: son recomendados los de segunda generación ya que no atraviesan la barrera hematoencefálica como: Cloridrato de Cetirizina, ebastina y Loratadina. También están aprobados Fexofenadina y deslortadina para su uso por encima de los 6 meses. Su eficacia se debe al control de los síntomas producidos por la histamina: prurito, estornudos y rinorrea. No son efectivos en el edema ni congestión nasal, aunque algunos refieren algún efecto antiinflamatorio (Cetirizina, levocetirizina, rupatadina y Fexofenadina).

Existe la combinación con un corticoide oral (Betametasona) con acción antiinflamatoria y antihistamínico (Loratadina o Dexclorfeniramina) que es un antialérgico lo cual potencia el beneficio para tratar las manifestaciones clínicas.

Antileucotrienos: está autorizado su uso en pacientes en los que la rinitis se asocia a asma, y también consigue aliviar algo la conjuntivitis alérgica. Los pacientes que presentan epistaxis con los sprays nasales a pesar de una adecuada técnica y no toleran otros glucocorticoides intranasales o azelastina, pueden ser un candidato para Montelukast

Bibliografía

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5.Antonio J, Romero E, De Mier Morales M, Martínez E. Guía Clínica Fisterra. Rinitis. Diciembre de 2011.
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