Genesis Yasmin Zacarias Castro
Nutricionista

La salud de cada persona debe ser un estado completo entre el bienestar físico y mental, por lo cual no puede ser catalogado únicamente como la ausencia de enfermedad o afecciones. Esto se debe a que la salud mental es indispensable para que los individuos pueden tener una buena calidad de vida y una plena participación social.   

Actualmente las personas viven rodeadas de varios factores que crean tensión, lo cual produce en el individuo un estado de inquietud y malestar, que en diversos caos generan afecciones físicas.

En base con lo anterior es importante que las personas consulten con los profesionales de salud si consideran que presentan un trastorno mental como los siguientes:

El estrés se puede definir como una reacción fisiológica que el cuerpo tiene para activar su mecanismo de defensa el cual afronta una situación que se percibe como de demanda incrementada; es una respuesta natural y necesaria para la supervivencia al momento de un exceso de sobrecarga de tensión que repercute en el organismo. No siempre puede ser una situación negativa ya que lo acontecimientos positivos de la vida pueden producir estrés, es así como el estrés siempre se acompaña de un agente desencadenante de la respuesta emocional. Es importante mencionar que el estrés puede llegar a causar daños físicos como: hipertensión arterial, tensión o temblor muscular, problemas digestivos, insomnio, irritabilidad o depresión. 

Por el contrario, la ansiedad puede ser una respuesta emocional al estrés, pero puede aparecer como una reacción de alerta ante una amenaza que se origina sin un agente estresante. Sin embargo, el estrés desencadena ansiedad, pero en personas que padecen ansiedad no necesariamente sufre estrés.

La ansiedad puede definirse como un trastorno que con frecuencia manifiesta preocupaciones y miedos intensos, excesivos y persistentes sobre en situaciones diarias, todo esto se acompaña de reacciones como: tensión muscular, temblor, sudoración, la respiración se torna agitada, dolor de cabeza, espalda, pecho, palpitaciones, dolor de estómago, sensación de ahogo, miedo a perder el control entre otros signos y síntomas que obstruyen el organismo. Al elevarse los niveles en la intensidad hace incapaz a la persona para adaptarse de una manera mejor en la vida cotidiana esto lo conduce a verse como un problema serio causante de trastornos de ansiedad. El origen de esta afección puede ser genético o ambiental (el entorno)

Se suele confundir los términos ya que ansiedad y estrés son una respuesta física, emocional y conductual muy similar, sin embargo, el estrés se refiere al proceso de adaptación al medio mientras que la ansiedad es una reacción emocional de alerta general, porque solo pensamos que estamos en peligros. Es indispensable que el paciente pueda distinguir los síntomas de estas dos afecciones o buscar ayuda de un profesional para establecer el diagnóstico correspondiente, ya que las dos pueden desencadenar depresión.

En cuanto al tratamiento para estas dos afecciones es importante resaltar que únicamente debe ser prescrito por un profesional de la salud, ya que el tratamiento farmacológico debe ser monitoreado constantemente y recetado en base con las manifestaciones clínicas que presenta el paciente, puesto que las dos afecciones pueden producir depresión. Se recomienda la utilización de algún antidepresivo como los ISRS (Escitalopram) ya que su acción aumenta la cantidad de serotonina, la cual es una sustancia del cerebro que ayuda a mantener el equilibrio mental. 

El tratamiento no se basa solamente en medicamentos, por lo cual debe ir acompañado de psicoterapias la cuales son realizadas por psiquiatras, psicólogos o personal de enfermería. Asimismo, la actividad física (correr, caminar, nadar) ha demostrado que alivia la fatiga ayudando a disminuir el cansancio y la depresión, se recomienda un mínimo de 150 minutos a la semana incluyendo un entrenamiento de fuerza y estiramiento.

Durante el estrés o la ansiedad, los hábitos alimentarios cambian ya que las personas tienden a comer en exceso, a no comer lo necesario o hacerlo deprisa, esto se debe a que el organismo se encuentra estresado por lo que emplea una mayor cantidad de energía lo cual añade una carga al sistema. Es por esto que se recomienda: comer despacio, masticar correctamente los alimentos y establecer un horario adecuado para los tiempos de comida, controlar la cantidad de grasa, consumir frutas, verduras y cereales integrales, reducir la ingesta de azúcar, tomar suficiente agua.  

Bibliografía

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