Genesis Yasmin Zacarias Castro
Nutricionista

El trastorno de pánico constituye un tipo de ansiedad muy invalidante, al tiempo que genera un gran sufrimiento en el paciente que lo padece. Por tanto, conviene resaltar que la ansiedad es una experiencia que está incluida en la condición humana, cuya finalidad es adaptar y mejorar el rendimiento del individuo; aproximadamente el 25 % de la población sufrirá algún trastorno de ansiedad a lo largo de su vida.

Existe la clasificación de los trastornos de ansiedad que se estructuran en función a la sintomatología predominante: trastorno de pánico, agorafobia, fobia social, trastorno de ansiedad generalizada, obsesiones y compulsiones, y finalmente trastorno por estrés postraumático.

Es así como, un ataque de pánico o crisis de angustia es un episodio súbito, diurno o nocturno de miedo e intenso malestar en ausencia de peligro real, que se acompaña de descarga neurovegetativa, con síntomas físicos y cognitivos, sensación de peligro o muerte inminente y urgente necesidad de escapar. Este ataque tiene como característica fundamental la presencia de pánico recurrente aproximadamente puede aparecer entre el 1 a 3 % de la población en general, determinando que el 5 % de los pacientes atendidos en atención primario cumplen criterios para el diagnóstico.

El síntoma básico del trastorno de pánico es la crisis de angustia o crisis de pánico, caracterizada por sentimientos de aprensión, miedo o terror, unido a síntomas físicos que incluyen síntomas tan dispares como alteraciones cardiovasculares y respiratorias, molestias abdominales, a los que se unen sudoración, temblor, sensación de mareo, hormigueos y escalofríos que puede durar entre 20 minutos. Con relación a la terapia farmacológica, hay que distinguir entre la medicación que se emplea para hacer un tratamiento inmediato y la usada en el tratamiento de mantenimiento.

Es importante saber que debe hacer cuando alguien esta sufriendo un ataque de pánico, por ende, se dan algunas recomendaciones a continuación:

• Es importante identificarse si la persona no lo conoce.
• Se debe explicar a la persona que está experimentando un ataque de pánico de manera clara y lentamente.
• Hablarle a la persona de manera tranquilizadora pero firme, tratando de mantener la calma y evitar quedar atrapado en el pánico.
• Tener paciencia y utilizar frases breves y claras.        
• En lugar de hacer suposiciones sobre lo que la persona necesita, preguntar directamente qué cree que podría ayudar.
• No menospreciar la experiencia de la persona y reconocer que el terror parece muy real, pero asegúrele que un ataque de pánico, si bien es muy aterrador, no pone en peligro la vida ni es peligroso.
• Asegurar que están a salvo y que los síntomas desaparecerán.

Por otra parte, existe  tratamiento de inmediato que tiene como objetivo disminuir el nivel de ansiedad; habitualmente, suele emplearse Alprazolam pero conviene mencionar que las crisis de pánico ceden de forma espontánea en 5-10 minutos, por lo que la atribución de la remisión al fármaco administrado no tiene mucho sentido, pues es posible que la crisis remita espontáneamente. Sin embargo, el tratamiento de mantenimiento se pauta con la finalidad de suprimir las crisis de pánico; en esta etapa, la opción terapéutica más eficaz sería la combinación de psicoterapia y farmacoterapia (Fluoxetina, Sertralina o Escitalopram).

Bibliografía