Anemia en la Lactancia

Genesis Yasmin Zacarias Castro
Nutricionista

La Anemia es una afección definida como el número absoluto reducido de glóbulos rojos circulantes, los cuales son indicados por una concentración disminuida de hemoglobina sérica con un punto de corte <110 g/L para mujeres embarazadas y <120 g/L para mujeres no embarazadas. Y ocurre cuando hay una baja cantidad de glóbulos rojos en el sistema circulatorio y deja la capacidad de transporte de oxígeno insuficiente para satisfacer las necesidades fisiológicas. Y se ha establecido como uno de los principales problemas de salud que se estima que afecta a casi 2 mil millones de personas en todo el mundo.

Son distintos factores los que se atribuyen a la Anemia y la mayoría de ellos son coincidentes, ya que la deficiencia de hierro es el factor que más contribuye a la aparición de anemia, que representa el 50% de los casos, mientras que las deficiencias de vitaminas (folato y vitamina B12), las infecciones y las hemoglobinopatías contribuyen al resto de casos de anemia en todo el mundo, cabe resaltar que las mujeres lactantes, las mujeres en edad reproductiva, las adolescentes, las mujeres embarazadas, los recién nacidos y los niños pequeños son los principales grupos de riesgo de Anemia.

Las madres lactantes son vulnerables a la morbilidad por Anemia debido a su susceptibilidad al agotamiento de hierro durante el embarazo y las malas consecuencias de la pérdida de sangre durante el parto, sin embargo, se piensa que los niveles pueden mejorar drásticamente, aunque hasta la fecha aún se desconoce la tasa de prevalencia y todos los factores de riesgo asociados para las mujeres lactantes pues la prevalencia de Anemia en madres lactantes mundial de 66%.

La Anemia en la madre lactante tiene varios efectos adversos como disminución de la inmunidad, lo que a su vez resulta en retraso en la cicatrización de heridas y mayor susceptibilidad a infecciones como Mastitis e infección del tracto urinario y disminución de la calidad o volumen de la leche materna; y también se ha asociado con la reducción de los ingresos familiares globales, el deterioro cognitivo, la calidad de vida deteriorada y la inestabilidad emocional, así como con la depresión posparto.

Es importante mencionar que la calidad del hierro en la leche materna se mantiene a expensas de las reservas maternas de hierro en el cuerpo si la madre no tiene una ingesta adecuada de energía y hierro en la dieta, repercute en que las mujeres lactantes tengan un mayor riesgo de sufrir Anemia. Por ende, la Anemia materna durante la lactancia afecta los niveles de hemoglobina de los niños, ya que los niños menores de 6 meses dependen totalmente de sus propias reservas de hierro y de la leche materna, lo que conduce a la continuidad del ciclo intergeneracional de la Anemia.

También reduce la inmunidad de la madre y el niño, afecta el desarrollo cognitivo y la capacidad de aprendizaje del niño. Por tal razón, mejorar los niveles sanguíneos y los suministros de hierro en mujeres lactantes también se considera una base sólida en los esfuerzos globales para reducir la mortalidad materna. Es así como las directrices nacionales establecen administrar comprimidos (30 mg de Hierro + 1000 mcg de Ácido Fólico) diariamente durante al menos 100 días, después del 1er trimestre para la profilaxis de la Anemia y duplicar la dosis en caso de que se diagnostique Anemia y durante el posparto se aconseja suplementación con hierro durante 180 días.

Bibliografía