Genesis Yasmin Zacarias Castro
Nutricionista

La Diabetes Mellitus se caracteriza por ser una enfermedad de alteraciones metabólicas por Hiperglucemia causada por el defecto de la secreción de Insulina. La Hiperglucemia crónica se relaciona con daño a largo plazo en los diferentes órganos del cuerpo, cabe resaltar que la piel no es la excepción, puesto que, existen manifestaciones cutáneas propias de la Diabetes Mellitus ya que se estima que el 30 % de los pacientes con Diabetes presentan algún tipo de afección cutánea en algún momento de la evolución de la enfermedad, y aparecen sin diferencia entre Diabetes Mellitus tipo 1 y Diabetes Mellitus tipo 2. 

Centrándonos en las afecciones cutáneas, las cuales pueden ser desencadenadas por la falta de Insulina, pues la Insulina se requiere para el crecimiento y la diferenciación de los Queratocitos (células que producen Queratina y forman las 4 capas de la Epidermis) en ausencia o disminución, condiciona también a la existencia de menos colágeno soluble dérmico que se encuentra entrelazado. 

Según diversos estudios, se ha determinado que la Diabetes mal controlada se relaciona a infecciones bacterianas y micóticas, ya que los capilares se engrosan lo cual no facilitan la llegada de leucocitos ni la difusión de nutrientes necesarios, por tanto, se dificulta la reparación de pequeños traumatismos. Los factores que favorecen a las infecciones son: Hiperglucemia, la Cetosis, el daño a la microcirculación periférica, la Neuropatía Diabética, entre otros. Cabe resaltar que cuando los niveles de Glucosa se encuentran elevados, se presenta comezón, esto puede ser ocasionado por piel seca o problemas en la circulación, por tal razón es importante mencionar que si la persona se rasca, aumenta el riesgo a desarrollar infecciones o úlceras. 

Las afecciones cutáneas de la Diabetes Mellitus pueden aparecer al inicio de la enfermedad, por ende, se ha determinado que en algunos casos es la primera manifestación sistémica de la diabetes, y por el contrario, se han diagnosticado después de muchos años. Estas lesiones expresan alteraciones bioquímicas propias de la enfermedad tales como: glicosilación de proteínas, afecciones vasculares, neurológicas e inmunológicas. Es indispensable observar cambios cutáneos ya que esto le permite al personal de salud realizar un examen físico, el cual podrá ser de utilidad y del mismo modo contribuir al diagnóstico oportuno de la Diabetes Mellitus, entre ellas: Dermopatía Diabética (máculas de pequeño tamaño amarillas o marrones) y Acantosis Nigricans (piel engrosada aterciopelada, con hiperpigmentación). 

El éxito del tratamiento de las manifestaciones cutáneas de esta enfermedad depende tanto del control metabólico (niveles adecuados de glucosa en sangre) el cual puede ser determinado con el automonitoreo a través de un glucómetro convencional y el autocuidado de cada paciente, por tanto, a continuación, se dan algunos consejos: 

• Mantener niveles de glucosa en sangre lo más cercano a los objetivos que establezca el médico, con un glucómetro convencional.  
• Hidratarse adecuadamente a lo largo del día, la piel, labios, ojos, boca ya que se resecan cuando el cuerpo esta deshidratado. 
• Mantener la piel hidratada y limpia, se recomienda una crema hidratante (en casos de resequedad puede aplicar cremas con Urea al 10%) y jabón neutro.  
• Evitar baños muy calientes, si existe problema de resequedad se debe evitar los baños de burbujas, de la misma manera, debe secar de una forma adecuada los dedos de pies y manos, cuello, axilas e ingle. Cabe agregar que no es aconsejable aplicar cremas o lociones entre los dedos de los pies, pues la humedad excesiva puede desencadenar la aparición de hongos. 
• Proteger la piel con guantes al utilizar limpiadores, solventes y detergentes. 
• Acudir con el médico si presenta cualquier mancha, ampolla, herida, irritación, dolor o hinchazón en cualquier parte del cuerpo, podrá únicamente lavar bien con jabón. Es importante buscar ayuda de un profesional de la salud quien será el encargado de brindar el mejor tratamiento. 

Bibliografía