Genesis Yasmin Zacarias Castro
Nutricionista

Las picaduras se producen por lo general ante la invasión del espacio natural, ya que los insectos se defienden ante situaciones que consideran una agresión por parte del ser humano. El término picadura es utilizado comúnmente para definir mordeduras y picaduras infligidas por miembros del Filo Arthropoda, los cuales pertenecen al grupo más grande del reino animal y el impacto que presentan clínicamente las picaduras es por la capacidad para actuar como vectores de varias enfermedades bacterianas o virales. 

Existen cuatro clases de artrópodos de importancia médica, tales como: 

1. Chilopoda: Ciempiés 
2. Diplopoda: Milpiés
3. Insecta: Himenópteros (abejas, avispas, avispones y hormigas rojas), mosquitos, chinches, pulgas, piojos, escarabajos, orugas y polillas, y chinches.
4. Arácnidos: Arañas, escorpiones, ácaros y garrapatas.

La mayor parte de las picaduras de insectos provocan una leve lesión cutánea inflamatoria y dolorosa, que tiende a resolverse en horas o días, y en muchas ocasiones de forma espontánea sin necesitar algún tratamiento específico. Las reacciones son, generalmente, locales o sistémicas leves, ceden gradualmente en forma espontánea y no requieren medicación ni seguimiento posterior; sin embargo, los síntomas son muy molestos, por lo tanto, se recomienda aplicar hielo o compresas frías o incluso utilizar un anestésico local (Lidocaína) acompañado de un antiséptico (Cloruro de Benzalconio) en gel o spray. 

Cabe agregar que las manifestaciones clínicas y reacciones pueden corresponder a cuatro categorías: se denomina reacción local a un área de inflamación y dolor en la zona de la picadura; local extensa es aquella que a partir de la picadura afecta una amplia región anatómica de la piel; sistémica o anafiláctica es la que compromete más de un sistema y tóxica cuando es dependiente de la cantidad de veneno inoculado. La mayoría de los insectos causan una reacción local caracterizada por dolor e inflamación, con enrojecimiento en el sitio de la picadura. Existen medidas recomendadas de forma general, las cuales se presentan a continuación: 

• Lavado de la piel con agua y jabón, sin romper las ampollas o vesículas en caso de existir. 
• Extracción de cualquier cuerpo extraño (si se observa el aguijón clavado se extraerá con ayuda de un objeto. No utilizar nunca pinzas) 
• No romper ampollas ni vesículas.
• Retirar objetos que puedan comprimir (anillos, pulseras, relojes). 
• Frío local. 
• Reposo y elevación de la extremidad afectada. 
• En caso de prurito intenso lociones de calamina o amoníaco, pomadas de corticoide de potencia media o antihistamínicos (riesgo de fotosensibilidad) e incluso antihistamínicos orales.
• El dolor se puede tratar con analgésicos orales, como paracetamol o AINES, pudiendo precisarse de forma ocasional infiltraciones anestésicas o gel de Lidocaína. 
• Puede utilizarse algún desinfectante o antiséptico (Cloruro de Benzalconio), el cual podría estar combinado con lidocaína en gel o spray. 

Con respecto a las medidas físicas, la aplicación de frio local permite un efecto antiinflamatorio y analgésico, de la misma forma disminuye la absorción de algunos venenos, mientras que el calor puede inactivar algunas toxinas termolábiles; por ende, en las picaduras de insecto se recomienda frio local. 

Para prevenir las picaduras se debe tener en cuenta varias recomendaciones: evitar lugares de riesgo, no caminar descalzo, en caso de comidas campestres cerrar bien las bolsas de basura, sacudir la ropa que se deje en el suelo, no usar perfumes corporales y ropas de colores vivos, usar mangas largas, evitar pantalones cortos, no realizar movimientos rápidos o bruscos ante los insectos y utilizar repelentes.

Bibliografía