Genesis Yasmin Zacarias Castro
Nutricionista

El Asma es un trastorno inflamatorio crónico de las vías respiratorias, esta enfermedad es más prevalente en la infancia y adolescencia, más de la mitad de los casos de Asma del adulto comienzan en la infancia precoz antes de los 5 a 6 años. Caber recalcar que este padecimiento causa un gran impacto en la calidad de vida de la persona que la sufre, ya que produce importantes alteraciones en relación a la economía y la dinámica familiar. Es además un padecimiento con alta variabilidad individual, tanto en severidad como en su pronóstico, por lo que es necesario que los médicos encargados de su atención se actualicen y entiendan que es un padecimiento que, si se diagnostica tempranamente y se somete a tratamientos y seguimiento de control adecuados, por médicos con experiencia en su manejo, puede controlarse, o inclusive, bajo ciertas condiciones, curarse.

Esta enfermedad es multifactorial, los siguientes factores influyen en el desarrollo y expresión:

  • Genéticos: El asma tiene un componente hereditario complejo, en el que varios genes están implicados e interactúan entre ellos. Por tal razón, si los padres padecen Asma, es un factor de riesgo importante para el desarrollo. 
  • Obesidad: Esta enfermedad se observa frecuentemente en personas obesas; ciertos mediadores, como la Leptina pueden afectar la función pulmonar e incrementar la probabilidad de desarrollo del asma.
  • Sexo: El sexo masculino es otro factor de riesgo en niños antes de los 14 años, ya que la prevalencia es dos veces más alta en hombres que en mujeres, sin embargo, en los adultos se invierte. 
  • Alérgenos: El papel de la alergia es mucho mayor en niños que en adultos, esto se origina porque en etapas tempranas, la presencia de sensibilización a alérgenos comunes es el principal factor de riesgo para el desarrollo de Asma.
  • Infecciones: Durante la etapa preescolar se presentan algunas infecciones como la de Virus Sincitial Respiratorio (VSR) o la Parainfluenza (Grupo de virus que llevan a infecciones en las vías respiratorias altas y bajas), las cuales provocan síntomas y podrían desencadenar Asma. 
  • Tabaquismo: El riesgo lo presenta tanto el fumador pasivo como el fumador activo, el tabaco acelera la disminución de la función pulmonar en asmáticos, incrementa su gravedad, altera la respuesta al tratamiento y disminuye la probabilidad de control. Por tal razón, los hijos de madres fumadoras tienen 4 veces más probabilidad de desarrollar sibilancias durante el primer año de vida. 
  • Alimentación: Algunas investigaciones han establecido que ciertas características de la dieta occidental tales como: el aumento de consumo de alimentos procesados y la reducción de antioxidantes (frutas y verduras), el incremento de ácidos omega-6 polinsaturados (mantequilla, manteca y aceite vegetal) y la disminución de ácidos grasos omega -3 polinsaturados (presentes en el pescado) de la ingesta ha contribuido al aumento de Asma y enfermedades atópicas. 

El diagnóstico del Asma en la infancia se basa en el reconocimiento de las características particulares de los síntomas: Tos, sibilancias, dificultad respiratoria y opresión torácica, que provocan los episodios respiratorios en ausencia de una explicación alternativa de los mismos.

Es importante mencionar que el objetivo del tratamiento es lograr y mantener el control de la enfermedad durante períodos prolongados de tiempo, por lo tanto, la valoración del control del Asma debería incluir no solamente el control de las manifestaciones clínicas (síntomas diurnos y/o nocturnos, despertares nocturnos, mantenimiento de la función pulmonar, uso de medicación de rescate, limitación de la actividad) sino también el control del riesgo previsto en el futuro de los pacientes. Cabe agregar que el tratamiento farmacológico se basa en 2 tipos de medicamentos: 

  1. Rescatadores de uso agudo: Broncodilatadores (Agonistas beta-2, anticolinérgicos inhalados y esteroides sistémicos) 
  2. Controladores de uso crónico: Esteroides inhalados y sistémicos (Dipropionato de Beclometasona, Budesonida), Antileucotrienos (Montelukast), Esteroides sistémicos de largo plazo, Inmunoterapia específica y Terapia Monoclonal.

Es indispensable realizar un diagnóstico temprano y el inicio de medidas de tratamiento adecuadas a través de un médico especialista ya que los fármacos dependen del tiempo e intensidad y severidad de cada caso; todo esto para poder brindarle a cada paciente una calidad de vida normal y el mejor pronóstico posible. 

Bibliografía

1.Rodriguez E, Sienra J, Pozo C. Asma en Pediatría. Clínica Hospital Infantil de México Federico Gómez. 2016 Julio-Agosto; 59(4).
2.Aguado J, Villalobos P. Guía de Práctica clínica del asma infantil. Aldo-Unión. 2019.
3.García S, Pérez S. Asma: concepto, fisiopatología, diagnóstico y clasificación. Pediatr Integral. 2016; 20(2).
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