Genesis Yasmin Zacarias Castro
Nutricionista
Durante los meses más fríos, muchas personas buscan formas de reforzar su sistema inmunológico para protegerse contra resfriados, gripes y otras enfermedades. Una de las estrategias más efectivas para fortalecer las defensas naturales del cuerpo es a través de una dieta rica en vitaminas y minerales esenciales. Algunas vitaminas juegan un papel particularmente importante en la función inmunológica y pueden ser especialmente beneficiosas durante los meses de invierno.
La vitamina C es quizás la más conocida por su papel en el apoyo al sistema inmunológico. Es un potente antioxidante que ayuda en la producción de glóbulos blancos, que son clave en la lucha contra las infecciones. Aunque la vitamina C no necesariamente previene los resfriados, puede reducir la duración y la severidad de los síntomas. Los cítricos, los pimientos rojos y verdes, las fresas, el brócoli y las espinacas son excelentes fuentes de vitamina C.
La vitamina D también es crucial para el sistema inmunológico, especialmente en invierno cuando la exposición al sol, nuestra principal fuente de vitamina D, es limitada. La vitamina D ayuda a regular y fortalecer la respuesta inmunitaria. La deficiencia de vitamina D se ha asociado con un aumento en la susceptibilidad a las infecciones, aunque pocos alimentos contienen vitamina D de forma natural, se puede encontrar en el pescado graso, los huevos y los productos fortificados como la leche y los cereales o suplementos de vitamina D3 + carbonato de calcio.
Otra vitamina importante es la vitamina E, que actúa como un poderoso antioxidante y ayuda en la lucha contra las infecciones. Las nueces, las semillas y los aceites vegetales son fuentes ricas en vitamina E, al igual que los vegetales de hoja verde.
El zinc es un mineral que a menudo se pasa por alto, pero que es vital para el funcionamiento del sistema inmune. Ayuda en la formación de células inmunitarias y en la respuesta inmunitaria. La carne, los mariscos, las legumbres y los frutos secos son excelentes fuentes de zinc.
Además de estas vitaminas y minerales, los probióticos encontrados en los yogures y otros alimentos fermentados pueden ayudar a fortalecer el sistema inmunológico al mejorar la salud intestinal, que es un componente importante de la inmunidad.
Mientras que una dieta equilibrada y variada puede proporcionar todas estas vitaminas y minerales, en algunos casos los suplementos pueden ser útiles, especialmente para la vitamina D3 en los meses de invierno. Sin embargo, es importante no exceder la dosis recomendada de estos suplementos, ya que en exceso pueden ser perjudiciales.
Además de la nutrición, otros factores que contribuyen a un sistema inmunológico fuerte incluyen mantener un peso saludable, hacer ejercicio regularmente, dormir lo suficiente, reducir el estrés y evitar fumar. Estas prácticas de estilo de vida, junto con una dieta rica en vitaminas y minerales esenciales, pueden ayudar a fortalecer las defensas del cuerpo contra las enfermedades comunes del invierno.
En conclusión, la incorporación de una variedad de alimentos ricos en vitaminas C y D, vitamina E, zinc y probióticos en la dieta diaria es una estrategia efectiva para reforzar el sistema inmunológico durante los meses fríos. Al enfocarse en una nutrición equilibrada y adoptar hábitos de vida saludables, es posible mejorar la capacidad del cuerpo para defenderse contra infecciones y enfermedades.
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