Hay algo que caracteriza el clima de finales de año, el frío. Ya sea que te guste este clima o no, es importante recordar que con los cambios de temperatura también vienen problemas de la piel, como resequedad o deshidratación.  

Como la piel es nuestro órgano más grande y nos protege de muchas cosas, si no quieres que tu piel se resienta de más, sigue estos consejos. 

El sol, amigo y enemigo 

Algo que solemos hacer cuando hace frío es buscar el sol, procurar asolearnos. Esto nos proporciona Vitamina D, esencial para la salud de la piel, ya que ayuda a que se mantenga firme e hidratada. Sin embargo, también nos exponemos a los rayos UV, que pueden provocarnos daños, no importa cuánto frío haga. La solución es utilizar bloqueador solar cada vez que nos vayamos a exponer al sol, incluso en esta época.  

 

Cuidado al bañarte 

En este clima, muchos gustan de un buen baño caliente. Sin embargo, esto reseca la piel, ya que el cambio entre la temperatura del baño caliente y el frío del ambiente provoca que la piel pierda humectación. Lo mejor es bañarse con agua tibia.  

Además, debemos utilizar jabón neutro, ya que ayuda a que se mantengan los aceites naturales de la piel. Los jabones antibacteriales a la larga resecan más la piel.  

Que no se te olvide la hidratación 

Durante la temporada fría, el aire es en general menos húmedo, esto es lo que nos provoca la resequedad en la piel.  Por eso, siempre es recomendable hidratar la piel con una crema humectante como Hydrogel diariamente. El mejor momento para hacerlo es después del baño, ya que ayuda a mantener la humedad recién adquirida por más tiempo.    

Los labios también 

Los labios son más propensos a la resequedad durante el frío que el resto de la piel. En este caso, lo ideal es humectarlos con protectores labiales hidratantes o con manteca de cacao. Los pintalabios pueden proporcionar protección también. Si ya tienes los labios resecos, evita lamerlos para hidratarlos, ya que al secarse la saliva provocará más resequedad y mayor irritación.  

 

Ropa 

Obviamente, cuando hace frío nos vestimos con más ropa o ropa más “calientita”. Sin embargo, si la ropa abrigada no permite que el sudor se evapore, puede provocar resequedad y descamación. Lo mejor es utilizar prendas de materiales que permitan la transpiración, como el algodón, y no utilizar ropa muy ceñida.  

Sigue estos sencillos consejos y podrás disfrutar del frío sin sufrir por la piel reseca.  

Sin comentarios registrados

Deja tu comentario

Your email address will not be published.