Genesis Yasmin Zacarias Castro
Nutricionista

La piel es el órgano más grande del cuerpo y juega un papel importante en los procesos de hidratación, protección de patógenos y químicos, inicia la síntesis de vitamina D, y realiza la excreción y regulación térmica. Se puede mencionar que la piel esta mayormente expuesta a daños ya que puede quemarse o lesionarse fácilmente, por lo que, un daño severo puede poner en peligro la vida. Cabe agregar que, el mecanismo para curar una herida en la piel es extraordinario pues la función celular es de naturaleza distintiva y después de una lesión, la integridad de la piel debe restaurarse de forma rápida para que continúe con sus funciones; por tal razón, ocurre un proceso en el cual intervienen diversas células, tales como: células de la sangre periférica, las células cutáneas, las citosinas y los factores de crecimiento.  

En base con lo mencionado anteriormente, la cicatrización de heridas es uno de los procesos más complejos del cuerpo humano, ya que implica la sincronización espacial y temporal de una gran variedad de células con funciones distintas en las fases de: hemostasia, inflamación reepitelización y remodelación. 

  1. Hemostasia: Es la respuesta mediante la formación de un coágulo, el cual disminuirá la hemorragia; de la misma forma mejorará la vasodilatación y la permeabilidad vascular, lo que ayudará a que las células inflamatorias entren en el espacio extracelular de la herida. 
  2. Inflamación: Después de una lesión, la piel activa un mecanismo inflamatorio que produce exudado y conduce a la formación de péptidos antimicrobianos (AMP) en respuesta a la infección, por lo que se limita el daño adicional, de la misma manera se cierra la herida, se eliminan los restos celulares y las bacterias y promueve la migración celular. La duración de la fase inflamatoria suele ser de 2 a 3 días después de la lesión.
  3. Proliferativa se caracteriza por la formación de tejido de granulación, reepitelización y neovascularización. Tiende a durar de 4 a 21 días. 
  4. Maduración y remodelación: es la cuarta fase de curación y comienza entre la segunda o tercera semana después del inicio de la lesión, puede continuar durante o un año o más dependiendo la gravedad. Es donde la herida alcanza la máxima fuerza a medida que madura, y se reintegra mediante una cicatriz de colágeno rica. 

Cabe resaltar que, las heridas se clasifican principalmente en agudas o crónicas; las heridas agudas son procesadas a través de las fases normales de cicatrización de heridas, así como exhiben signos bien definidos de cicatrización en cuatro semanas, mientras que las heridas crónicas no muestran un progreso normal a través de las etapas de cicatrización y la cicatrización no es obvia en cuatro semanas. 

Se ha establecido que muchas heridas pueden cicatrizar de manera rápida mientras que otro tipo de heridas tienden a volverse crónicas y quedar atrapadas en la fase inflamatoria, ya que existen inconvenientes causados que están relacionadas principalmente con el tratamiento y procedimientos los cuales limitan la reparación de la herida y la restauración de la integridad del tejido. 

Es indispensable mencionar también, un problema importante durante el proceso de cicatrización de heridas es la posibilidad de que una herida sea colonizada rápidamente por bacterias y hongos, ya que el acceso de bacterias en una región de piel que ha sufrido una agresión es un fenómeno inevitable y a veces, la acción inmunitaria resulta ineficaz, lo que provoca complicaciones e incluso la muerte en sujetos con importantes lesiones cutáneas crónicas. Puesto que la piel sana está rica en bacterias que juegan un papel importante en el ecosistema de la piel; en el caso de la interrupción de la continuidad cutánea, las bacterias migran de la superficie de la piel a regiones en las que normalmente no se alojan, provocando un desequilibrio que conduce a una infección en la herida. 

El tratamiento clave de las heridas es proporcionar un ambiente cálido, húmedo y no tóxico, el cual es ideal para la cicatrización natural de las mismas. El médico es el encargado de brindar el tratamiento indicado basándose en la gravedad de la herida enfatizando que, al momento de presentarse una infección se pueden utilizar fármacos tópicos que contengan Betametasona, Clotrimazol y Gentamicina los cuales serán prescritos por un profesional de la Salud. No obstante, si la herida es crónica el tratamiento no debe ser únicamente por un médico, ya que la nutrición es indispensable, puesto que la inmunonutrición debe ser evaluada por un nutricionista.    

Bibliografía

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