Te inscribiste al gimnasio, te levantaste temprano y te ejercitaste con toda la motivación posible. Pronto verás ese saludable cambio que estás deseando. Al día siguiente te levantas y… ¿no te puedes levantar por el dolor 

 A este dolor se le llama Dolor muscular de aparición tardía (DMAT) y suele aparecer unas 12 horas después del ejercicio. Sucede porque el esfuerzo extra, el ejercicio que no acostumbramos, provoca pequeñas microlesiones e inflamación en los músculos.   

La buena noticia es que hay tres efectivas formas de evitarlo. 

Masaje 

La forma más efectiva es un masaje. Un masaje al terminar la sesión de ejercicio puede disminuir el dolor, ya que promueve la circulación en los músculos y reduce la inflamación. Así, el cuerpo se recupera mucho más rápido.  

 

Un masaje de 20 minutos puede disminuir el dolor considerablemente durante las siguientes 24 horas, más que suficiente para no perder la motivación y seguir con la rutina diaria.  

Para aumentar el efecto del masaje, además, se puede realizar con un ungüento analgésico y antiinflamatorio, como Dexkedol Gel 

Presión 

La segunda mejor forma es la presión. Esta ayuda principalmente para prevenir que los músculos se inflamen demasiado, disminuyendo el dolor. Eso sí, la presión no debe ser tanta como para dificultar la circulación 

Rodilleras, tobilleras y coderas son útiles, pero la mejor forma de hacer presión es con vendajes deportivos. Estos se pueden adaptar a prácticamente cualquier zona muscular y nos permiten controlar que tan ajustados los usamos. También podemos usar los vendajes neuromusculares, aunque esos son un poco más difíciles de colocar. 

 

Exposición al frío 

Por último, la exposición al frío en las áreas afectadas también reduce considerablemente el dolor. Esta puede ser en forma de compresas frías, aplicación de paquetes de hielo o baños con agua fría.  

El frío también previene la inflamación de los músculos, aunque en menor medida que la presión, y motiva la circulación cuando se aplica en intervalos cortos. Eso sí, hay que tener cuidado de no exponernos demasiado, ya que podría ser contraproducente y podemos provocarnos daños por hipotermia.  

Estas son las tres mejores formas para combatir ese dolor tras el primer día del gimnasio, pero lo mejor es que las puedes combinar para obtener mejores resultados.  

Así que ya sabes, que no te desmotive ese dolor, no te quedes en cama. Levántate y continúa con ese cambio que acabas de iniciar.  

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