Genesis Yasmin Zacarias Castro
Nutricionista

Uno de los problemas que afecta de forma común a la población a nivel mundial son las enfermedades gastrointestinales, dentro de las más frecuentes se encuentra la Gastritis. Aproximadamente el 60 % de las personas están infectadas por Helicobacter Pylori, estimando que las áreas más afectadas son América Latina y el Caribe.

El Helicobacter Pylori es una bacteria que se “atornilla” en la mucosa del estómago y puede quedarse suspendida en la mucosa gástrica por lo que se adhiere a las células epiteliales generando sintomatología variada entre las personas, pues en algunos casos es asintomática y en otros presenta una serie de molestias como: ardor estomacal, Reflujo Gastroesofágico, Anemia, pérdida de peso, hinchazón abdominal y dolor estomacal. Cabe resaltar que es una bacteria exclusiva del estómago humano, el contagio se produce a través de alimentos infectados, aguas contaminadas o por contacto directo de boca a boca.

El tratamiento de primera línea para la erradicación de la infección se ha asociado con un porcentaje de éxito, sin embargo, la selección de los antibióticos para la primeria línea debe ser cuidadosa y estrechamente guiada por los patrones de resistencia antimicrobiana locales. En tal sentido puede utilizase un esquema clásico como la Amoxicilina, Inhibidores de bomba de protones (Esomeprazol) y Levofloxacina por 10 a 14 días según establezca el médico, cabe agregar que se sabe que la resistencia a la Levofloxacina es baja por lo que ha sido de gran utilidad.

Durante esta infección tanto el tratamiento farmacológico como el dietético es indispensable, ya que las personas diagnosticadas no deben llevar ningún tipo de restricción dietética, pero se aconseja llevar una dieta variada y equilibrada, por tanto, solo se deben excluir alimentos que el paciente considere que le sientan mal y dependerá de las mejoras que pueden alcanzarse, por tal razón, se mencionan algunas recomendaciones:

  • Evitar las comidas abundantes, por lo tanto, debe comer en cantidad moderada y varias veces al día; lo ideal es repartirlas en 5-6 tomas (desayuno, refacción matutina, almuerzo, merienda, cena y algo antes de acostarse)
  • Es importante comer despacio y en un ambiente tranquilo y masticar bien.
  • Reposar sentado media hora después de las comidas principales.
  • Beber suficiente cantidad de agua, en pequeñas cantidades, fuera de las comidas, 30 o 60 minutos antes o después, de igual forma evitar los zumos de naranja, tomate y las bebidas gaseosas.
  • Realizar preparaciones sencillas como: hervidos, en su jugo, plancha, vapor, horno y evitar los fritos, rebozados, empanados, salsas, guisos y en general todas aquellas cocciones que lleven adición de grasas y aceites.
  • Una ingesta adecuada y suficiente de alimentos protectores como: cereales, vegetales y algunos tipos de frutas, pues ejercen acción protectora sobre la mucosa.
  • En relación a las frutas cítricas o ácidas son mal toleradas, de igual forma las verduras crudas y hortalizas ácidas como el tomate con piel.
  • Se recomienda que la leche sea sin lactosa y preferentemente semidescremada, queso fresco y yogurt.
  • Los aceites como el de oliva de baja acidez, se aconseja tomarlo crudo sin calentamiento.
  • Los probióticos deben ser administrados en dosis adecuadas ya que tiene la finalidad de disminuir efectos adversos y mejorar la eficacia del tratamiento.
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Bibliografía

1.Abilés , Rivera R. Recomendaciones nutricionales para pacientes con infección por Helicobacter pylori España: FEAD; 2017.
2.Parra J. Aproximación actual a la infección por Helicobacter pylori. AVFT. 2020; 39(2).
3.Katelaris P. Helicobacter pylori. Organización Mundial de Gastroenterología. 2021.
4.Otero W, Gómez M, Otero L, Trespalacios A. Helicobacter pylori: ¿cómo se trata en el 2018? Rev. gastroenterol. 2018; 38(1).
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