Genesis Yasmin Zacarias Castro
Nutricionista

El metabolismo de los lípidos en el organismo puede sufrir diferentes trastornos que resultan en cambios de la función o las concentraciones de lipoproteínas en plasma. Por lo que, las Dislipidemias son enfermedades que resultan de las concentraciones anormales de Colesterol, Triglicéridos, HDL y LDL en sangre, los cuales participan como factores de riesgo en las enfermedades cardiovasculares. Para el diagnóstico es indispensable realizar un control de los lípidos en la sangre para establecer su concentración.

En la actualidad se ha identificado que las Dislipidemias, la obesidad, la Diabetes Mellitus tipo 2 y las enfermedades cardiovasculares tienen una relación directa con estilos de vida incorrectos como el sedentarismo y los hábitos alimentarios inadecuados.

Esta es una condición de gran impacto, por lo que, se deben establecer un tratamiento que se complemente con fármacos y los cambios del estilo de vida (cambio en los hábitos de alimentación). El tratamiento farmacológico de las Dislipidemias se guía a través de la intensidad de la enfermedad, por tal razón se recomienda realizar controles cuando el médico indique; así también, los fármacos más utilizados son las estatinas (Pitavastatina, Atorvastatina, Lovastatina) pues se asocian a la reducción del riesgo cardiovascular. De igual manera, el tratamiento debe ser no farmacológico realizando cambios en la alimentación, por ende, a continuación, se mencionan algunas directrices dietéticas para prevenir y controlar las Dislipidemias:

  1. Si el paciente se encuentra en sobrepeso u obesidad el principal objetivo es una alimentación que aporte baja energía a través de los alimentos.
  2. Es indispensable mantener una dieta variada, adecuada, libre de patógenos, completa y equilibrada, por ende, debe ser abundante en cereales, verduras y frutas.
  3. Disminuir el consumo de carnes rojas, ya que se aconseja un máximo 1 o 2 veces por semana, de igual forma con la leche entera y derivados (helados, nata o crema, mantequilla, yogures enteros, quesos grasos, etc). Al igual, que debe ser eliminada toda la grasa visible de las carnes.
  4. Consumir preferentemente aceite de oliva o canola, así también evitar los aceites de coco y palma los cuales se encuentra frecuentemente presentes en productos de bollería, fritos y precocinados.
  5. Disminuir el consumo de productos que sean fuentes de azúcares simples y miel. 
  6. El aporte de omega 3 es necesario, el cual puede ser aportado a través de una dieta que contenga pescados blancos y en especial los azules (sardina, trucha, atún, caballa, salmón).
  7. Evitar el consumo de alcohol.

Cabe resaltar que, el ejercicio es una de las estrategias para la prevención y tratamiento de las Dislipidemias, y se recomienda realizar ejercicio físico de resistencia cardiovascular entre 3 a 5 veces por semana, si no se tiene el tiempo suficiente para realizar ejercicio se puede fraccionar durante todo el día, asimismo, los ejercicios de resistencia cardiovascular pueden ser: caminata, el trote de suave a moderado, la bicicleta móvil o estática, la banda caminadora o elíptica, el baile, los aeróbicos y la natación, idealmente, debe ser una actividad que esté al alcance de la persona.

Bibliografía

1.Pavía A, Aguilar C. Consenso de la Sociedad Mexicana de Cardiología en el diagnóstico y tratamiento de las dislipidemias y aterosclerosis. Med Int Méx. 2020; 36(3).
2.Ministerio de Salud Chile. Dislipidemias. División de Salud de las Personas. 2000.
3.Instituto Mexicano del Seguro Social. Diagnóstico y tratamiento de dislipidemias. IMSS. 2016.
4.Noreña A, García P, Sospedra I, Martínez J, Martínez G. Dislipidemias en niños y adolescentes: factores determinantes y recomendaciones para su diagnóstico y manejo. Rev Esp Nutr Hum Diet. 2018; 22(1).

Sin comentarios registrados

Deja tu comentario

Your email address will not be published.