Genesis Yasmin Zacarias Castro
Nutricionista

El período gestacional es clave para el desarrollo fetal adecuado y para una vida saludable, por ende, el estado nutricional de la madre al inicio del embarazo es sin duda uno de los principales factores que influyen en esta etapa, por tanto, la selección de los alimentos y nutrientes que estos contienen, son fundamentales para la buena nutrición de las mujeres antes y durante la gestación.   

Es así, como en el embarazo existen cambios fisiológicos que tienen lugar en el organismo entre los que se incluyen: el aumento del volumen sanguíneo y del hematocrito, así como el crecimiento fetal; estos cambios imponen una demanda nutricional y en particular de ácido fólico el cual es de 5 o 10 veces mayor que una mujer no gestante.

Por tal motivo, mantener un nivel óptimo de ácido fólico es crucial para la salud, de modo que, el consumo de esta vitamina se ha relacionado con la disminución en la incidencia de malformaciones congénitas y deficiencias obstétricas, a partir de estos aspectos se corrobora que su consumo antes y durante el embarazo es beneficioso pues previene defectos del tubo neural, algunas cardiopatías congénitas, hendiduras bucofaciales, síndrome de Down, desórdenes del espectro autista, infecciones obstétricas, preeclampsia, hemorragia uterina, desprendimiento abrupto de la placenta, retardo del crecimiento intrauterino y prematuridad. Los defectos del tubo son malformaciones fetales que se originan por la deficiencia de folato materno en el periodo previo a la concepción y durante el primer mes de desarrollo fetal, etapa en la que se produce el cierre del tubo neural.  

Es indispensable mencionar que, el ácido fólico no puede ser sintetizado por los seres humanos por tanto se requiere una ingestión diaria considerándose un nutriente esencial en la dieta de las mujeres en edad reproductiva y durante la gestación, ya que el organismo solo almacena pequeñas cantidades y las dietas sin ácido fólico provocan en poco tiempo deficiencias. La única fuente de los folatos son los alimentos, los cuales se encuentran en la forma natural y están presentes en una gran variedad de los alimentos tales como: el jugo de naranja y de otros cítricos, los vegetales de hojas verdes como espinacas y espárrago, los frijoles, la habichuela, el maní, las lentejas, soya, habas, hortalizas de raíz, hígado, salmón, aguacate, yemas de huevo, cereales y leche. No obstante, la forma reducida en que se encuentran los folatos en los alimentos hace que sean muy inestables y se degraden fácilmente por lo que el organismo solo absorbe aproximadamente el 50% de los folatos que provienen de los alimentos.  

En base a lo anteriormente descrito, diversos estudios concluyeron que la suplementación de Acido Fólico es la intervención más importante y efectiva, ya que se asoció con una disminución del 50-70% de partos prematuros, de la misma forma con la incidencia de defectos del tubo neural y otros defectos congénito, y el consumo preconcepcional disminuye también el riesgo de padecer cardiopatías congénitas. En pautas internacionales propuestas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), se recomienda que el uso del suplemento de ácido fólico se realice desde 3 meses antes de la concepción hasta las 13 semanas de gestación, enfatizando que deben tomarse bajo prescripción médica. 

Bibliografía